Si estás en pleno tratamiento de ortodoncia, es fundamental saber qué puedes y qué no puedes hacer para evitar contratiempos. Uno de los aspectos más importantes al llevar brackets es cuidar tu alimentación y tus hábitos diarios. Algunos alimentos y costumbres pueden dañar los brackets, causar molestias o incluso retrasar el tratamiento.
A continuación, te mostramos las 12 cosas que debes evitar mientras llevas brackets para que tu experiencia con la ortodoncia sea lo más cómoda y efectiva posible. Desde ciertos alimentos hasta hábitos que parecen inofensivos, descubre qué acciones pueden generar dolor, roturas o problemas innecesarios. ¡Toma nota y cuida tu sonrisa!
1. Comer alimentos duros
Los alimentos duros como frutos secos, turrones o pan tostado pueden dañar seriamente los brackets. Al morderlos, podrías despegar una pieza del aparato, lo que provoca molestias y también retrasa el avance del tratamiento. Lo mejor es cortar estos alimentos en trozos pequeños o evitarlos durante el tiempo que dure la ortodoncia. Mantener una dieta adecuada no solo evita emergencias, sino que protege tu salud bucal.
2. Morder alimentos y tirar con los dientes anteriores
Por ejemplo, morder directamente una manzana o una mazorca puede ser perjudicial para los brackets metálicos. Este tipo de acción ejerce una presión directa que puede despegar los brackets o doblar los arcos del aparato. En lugar de eso, se recomienda comer la fruta en trozos pequeños y evitar cualquier alimento que requiera morder con fuerza.
3. Comer chicle o caramelos pegajosos
El chicle, los caramelos masticables o cualquier dulce pegajoso son enemigos directos de los brackets. Estos productos pueden quedarse atrapados en el aparato, dificultando la higiene y generando acumulación de placa. Además, al masticarlos, corres el riesgo de despegar piezas o causar dolor en dientes sensibles. Si llevas ortodoncia, lo más seguro es evitar completamente este tipo de alimentos, ya que pueden interferir seriamente con tu tratamiento.
4. Morderse las uñas
Además de ser un hábito poco higiénico y perjudicial para los dientes, morderse las uñas puede dañar los brackets y ejercer una presión innecesaria sobre los dientes. Este gesto, muchas veces inconsciente, puede despegar los brackets de su posición. Si estás con ortodoncia, es clave dejar este hábito para asegurar un tratamiento efectivo y sin dolor. Hay productos y técnicas para ayudarte a eliminar este mal hábito.
5. Usar palillos o mordisquear objetos
Muchas personas tienen la costumbre de morder lápices, bolígrafos o utilizar palillos después de comer. Estos hábitos pueden dañar tanto los brackets como los propios dientes. Además de desgastar el esmalte, podrías desplazar los elementos de la ortodoncia y causar heridas en encías o labios. Es importante mantenerse consciente de estos gestos repetitivos y evitar cualquier presión extra sobre los dientes durante el tratamiento.
6. Olvidarse del cepillado después de cada comida.
Una higiene rigurosa es fundamental cuando llevas brackets, ya que los restos de alimentos se acumulan con facilidad. Olvidar el cepillado tras cada comida puede provocar caries, mal aliento y acumulación de placa. Además, puede alargar el tratamiento ya que el sarro impide el movimiento de las piezas y causar dolor por infecciones o encías inflamadas. Lleva siempre contigo un kit de cepillado y mantén tu boca limpia después de cada comida.
7. No usar cepillos interdentales o hilo dental espacial
El cepillo convencional no siempre es suficiente cuando usas brackets. Es fundamental incorporar cepillos interdentales o hilo dental diseñado para ortodoncia. Estos instrumentos permiten eliminar los restos de alimentos que quedan atrapados entre los dientes y los brackets, previniendo infecciones, caries y mal olor. Su uso diario es una parte esencial del cuidado bucal durante el tratamiento. Evitar su uso puede traer consecuencias negativas para tu salud dental y retrasar el tratamiento.
8. Fumar
Fumar afecta gravemente a la salud bucal y aún más cuando llevas brackets. El tabaco puede manchar los dientes, ralentizar la cicatrización y aumentar el riesgo de infecciones o enfermedades en las encías. Además, interfiere en el movimiento dental natural que busca la ortodoncia, haciendo menos eficiente el tratamiento. Si puedes, lo ideal es dejar de fumar o al menos reducirlo al máximo durante este periodo.
9. Beber refrescos azucarados o ácidos en exceso
Las bebidas azucaradas o ácidas como los refrescos o los zumos industriales pueden erosionar el esmalte dental y favorecer la aparición de caries. Con brackets, estos efectos se multiplican, ya que es más difícil limpiar bien todas las superficies. Además, el azúcar alimenta a las bacterias, lo que puede causar dolor e inflamación. Para cuidar tu salud dental, evitar estas bebidas o limitar su consumo es una excelente decisión.
10. No acudir a la cita con tu ortodoncista
Las revisiones periódicas con tu ortodoncista son clave para ajustar los brackets y asegurar que el tratamiento avanza correctamente. Saltarte estas citas puede provocar que los dientes no se muevan como deberían, prolongando el proceso o generando dolor innecesario. Además, el especialista puede detectar a tiempo cualquier daño en la estructura. Cumplir con las visitas programadas es parte esencial del éxito en la ortodoncia.
11. Ignorar molestias o heridas
Si sientes dolor persistente, heridas en las encías o llagas provocadas por los brackets, es fundamental que lo comuniques a tu dentista de confianza. Ignorar estas señales puede agravar el problema y hacer que el tratamiento se vuelva más incómodo o incluso ineficaz. Existen ceras especiales y ajustes que pueden aliviar estas molestias. La comunicación con el profesional es clave para un proceso más cómodo y saludable.
12. Pensar que ya no hay que cuidar tanto los dientes
Uno de los errores más comunes es pensar que, por llevar brackets, los dientes ya están «controlados«. Nada más lejos de la realidad. Con la ortodoncia, los dientes son más vulnerables a las caries y enfermedades de las encías si no se cuidan adecuadamente. Una buena higiene y controles periódicos son más importantes que nunca.