¿Has vuelto a sentir dolor en una muela o diente tratado con endodoncia después de varios meses? Aunque no es lo habitual, puede suceder. Este tipo de dolor dental puede ser señal de que algo no ha salido como se esperaba con el tratamiento, o que existen complicaciones posteriores que requieren atención profesional.
Aunque durante el tratamiento de endodoncia dental se elimina el nervio del diente, el dolor puede aparecer por la inflamación de los tejidos que rodean la raíz, como el ligamento periodontal o el hueso. Además, si persiste una infección, una obturación defectuosa o existe una fractura, el cuerpo reacciona generando dolor, incluso si el diente ya no tiene sensibilidad nerviosa interna.
¿Es normal tener dolor después de una endodoncia?
Lo más común es que, tras el tratamiento dental, el dolor desaparezca en unos días o semanas. Sin embargo, cuando las molestias regresan o persisten pasado un tiempo, es necesario investigar la causa. El dolor puede manifestarse como sensibilidad al masticar, presión o incluso dolor punzante. Si bien puede tratarse de un proceso inflamatorio leve o una adaptación del tejido circundante, también podría indicar una complicación más seria.
Un diente tratado con endodoncia no debería doler de forma continua después de su recuperación inicial. Si las molestias aparecen al cabo de unos meses, es señal de que algo puede estar fallando en el tratamiento o que existe una nueva infección. Por eso, acudir a una clínica dental y realizar una evaluación completa es clave para descartar cualquier complicación que comprometa la salud de tu muela o diente.
¿Causas y razones del dolor de la endodoncia?
Existen diversas razones por las que una muela con endodoncia puede doler después de meses. Las más comunes incluyen:
- Infección persistente: Si no se eliminó completamente la infección durante el tratamiento, las bacterias pueden volver a multiplicarse y generar inflamación o dolor dental.
- Reconstrucción defectuosa: Un empaste mal sellado permite la entrada de bacterias al interior del diente, favoreciendo la infección.
- Conductos adicionales no tratados: Algunos dientes, especialmente molares, tienen conductos muy finos o difíciles de detectar. Si alguno no se trata, puede ser un foco de infección.
- Fractura o fisura dental: Las fisuras en el diente o muela tratada pueden permitir la entrada de bacterias, comprometiendo la endodoncia.
- Abscesos o granulomas: Son acumulaciones de pus o tejido inflamado que se forman alrededor de la raíz si la infección persiste. Generan un dolor constante y deben ser tratados por un odontólogo.
Cada uno de estos casos requiere una evaluación profesional para determinar la causa exacta y aplicar el tratamiento adecuado, como una reendodoncia dental o incluso una extracción.
¿En qué momento podemos asegurar que la endodoncia ha sido un fracaso?
Podemos considerar que una endodoncia ha fracasado cuando el dolor dental persiste o reaparece tras más de tres a seis meses desde su realización, y especialmente si va acompañado de signos clínicos como hinchazón, secreción o aparición de un flemón.
El objetivo del tratamiento endodóntico es eliminar la infección que ha afectado al nervio y conservar el diente sin dolor. Si esto no se logra en un tiempo razonable, estamos ante un tratamiento fallido. Una endodoncia puede fallar por diversas razones: una limpieza incompleta de los conductos, una obturación deficiente, la presencia de conductos accesorios no tratados, o una fractura en la raíz que pase desapercibida.
Además, es posible que los síntomas se manifiesten incluso años después del tratamiento. Esto puede deberse a la reactivación de bacterias residuales, a una filtración en la restauración final del diente, o a cambios en la estructura dental que comprometan el sellado inicial.
Un diagnóstico claro solo puede establecerlo tu dentista mediante exámenes complementarios como radiografías, pruebas de sensibilidad y estudios clínicos. En caso de fracaso, el odontólogo puede recomendar un retratamiento del conducto o incluso la extracción del diente si no hay otra solución viable.
Recomendaciones de una odontóloga para aliviar el dolor
Como odontóloga en Madrid, recomiendo seguir estos pasos si experimentas dolor en una muela con endodoncia:
- Consulta inmediata con el dentista: No ignores el dolor. Cuanto antes se diagnostique el problema, más opciones habrá para salvar el diente.
- Exámenes complementarios: Radiografías, pruebas de vitalidad o escáner dental pueden ayudar a detectar infecciones ocultas, fisuras o conductos no tratados.
- Tratamientos adicionales: Dependiendo del caso, puede ser necesaria una reendodoncia, una cirugía apical o incluso la extracción del diente afectado si ya no se puede salvar.
- Medicación controlada: No tomes antibióticos o analgésicos sin receta. El odontólogo debe recetarte lo adecuado según la causa del dolor.
- Higiene dental rigurosa: Mantener una buena limpieza bucal evita nuevas infecciones. Cepíllate con suavidad y utiliza hilo dental con cuidado alrededor del diente tratado.
Ante cualquier molestia o dolor persistente tras una endodoncia, lo más importante es acudir a una clínica dental para recibir un diagnóstico certero y personalizado. El tratamiento oportuno es clave para mantener tu salud bucodental.